21.3.09

Innovación y crisis económica

Es algo indudable: el entorno económico en el que se mueven los negocios ya no es el mismo que hace 50 años. Sin embargo, también es importante pensar que no es sólo la economía la que ha cambiado, también es la gente (aunque, en última instancia, la economía siempre se ha tratado de eso, de gente).

Los negocios ya no pueden sobrevivir haciendo lo mismo, eso lo sabe —casi— cualquiera. Sin embargo, todos conocemos marcas, productos y servicios que se siguen planteando la vida como si todo fuera exactamente igual que cuando pusieron la primera piedra de la torre Latinoamericana (uno de los primeros grandes símbolos de modernidad en nuestro país, vaya que sí).

Uno de los factores más importantes en el nuevo entorno (algo que yo veo constantemente en mi trabajo de lunes a viernes) es precisamente la rapidez con la que todo cambia actualmente. Las empresas que saben hacer las cosas de una manera sólida y estable de pronto se encuentran con la sorpresa de tener que modificar todas sus perspectivas sobre como manejar su negocio, quiénes son sus consumidores, cómo se relacionan con las marcas, qué los mueve y qué los desmotiva. En suma, nos encontramos en un entorno líquido, donde todo se modifica a una velocidad mucho mayor de la que podemos imaginar. Diría Zygmunt Bauman que estamos a merced de la sociedad líquida, donde no podemos aferrarnos a nada, porque corremos el riesgo de quedarnos atrás.

Los nuevos negocios, por lo tanto, serán líquidos o no serán. Las marcas tienen que ser capaces de adaptar sus ideas de tal manera que resulten atractivas para un público firmemente plantado en la posmodernidad, que no puede concebir su identidad si no es a través de la multiplicidad de acciones/reacciones/actividades que lo definen. Por ejemplo, las marcas que se definen como chic y trendy en una temporada, a los 6 meses pueden haber dejado de estar en el candelero. Las tiendas que mas se visitan hoy, pueden no existir en 1 año.

La incertidumbre económica no hace sino acentuar estas características. Deja de haber espacio para los lentos, los indecisos. En una economía inestable, sólo los rápidos, los que no le temen a abrazar el cambio, los que han puesto todo el valor en sus ideas, más que en sus activos tangibles, son los que mejores perspectivas de supervivencia tienen.

Claro que creo en los límites del pensamiento radical: creo que la especialización es buena, pero siempre hay que estar listos para modificar la perspectiva desde la que la entendemos. Por ejemplo: tiene que quedarme claro como proveedor de servicios en esta nueva economía, que yo me dedico a brindar soluciones visuales en impresos, más que a volverme un especialista en offset. Si el offset desapareciera, yo también; mientras que con la primera opción, siempre puedo volver a ampliar mis perspectivas hacia otros horizontes. No podemos, pues, perder de vista los elementos que pueden hacernos permanecer y las ideas que, mal asumidas, pueden dejarnos obsoletos.

El cambio produce miedo, incomodidad, incertidumbre. Es el entorno perfecto para los fuertes de espíritu, para quienes disfrutan subirse a la montaña rusa de la innovación y quieren seguirse preguntando: “¿Qué otra cosa puedo hacer?” y “¿Cómo puedo hacer eso de una forma distinta y mejor?”. El juego en esta época es la eficiencia, la novedad, la fe absoluta en el capital humano (siempre ha sido el activo más importante en las empresas, sólo que no lo ven) y la capacidad de poner ideas nuevas en práctica y dejar que ellas guíen nuestro negocio.

9.3.09

Algunos materiales para estirar el cerebro

Así como el socio Albanner es nuestro especialista proveedor de películas (y me parece maravilloso que siga subiendo los ensayos de la maestría... Voto por que hagamos pequeños posts explicando nuestros temas de tesis, para incrementar el índice de ñoñería), he decidido compartir algunas bibliografías que me gustan, he ido encontrando por ahí o nada más he comprado últimamente con la intención de leerlas algún día porque los temas suenan bien y le intersan a mis obsesiones. Van:

Por supuesto, no son todos. Por supuesto, después iré trabajando en reseñarlos en una línea, para que sepan a qué le tiran si los quieren leer o el título les suena.

Por lo pronto, aquí están. Ya después subiré los ensayos que vayamos escribiendo (copiando la idea de Albanner, ja)