22.11.08

Todos somos Wucius Wong

Re:

Creo que el cuestionamiento para las grandes desarrolladoras de software no empezó con las paqueterías en línea, sino más allá. ¿Qué pasa entonces con los desarrollos Open Source? Sí, ya sabemos que no cualquiera se lanza. Ya sabemos que sólo los iniciados se aventuran con Linux y que los usuarios normales viven en entornos Windows y navegan desde Internet Explorer. Bienaventurados los que no se preguntan si hay un sistema distinto, porque ellos mantendrán a Bill Gates.

Me imagino que cuestionárnoslo ahora tiene que ver con la capacidad democratizadora que ha demostrado tener internet, así como con la velocidad de difusión con la que lo asociamos. También nos enfrentamos a una relación mucho más dinámica con el proceso de comunicación (ese es el fundamento de la mentada web 2.0): ya no existe el creador omnipotente y omnisciente del mensaje, ni tampoco el obediente receptor que se traga todos los sentidos tal cual debería; actualmente todos somos emirecs, personajes que crean y al mismo tiempo reciben, interconectados unos con otros de manera inevitable. Entidades que reciben los mensajes y los transforman, con más poder que nunca entre las manos.

Vivimos en una sociedad más sensibilizada que nunca a lo visual. Esto se traduce, forzosamente, en una mayor necesidad estética (sea lo que sea que esto signifique para el usuario). En la web 2.0 todos los que participan quieren ser capaces de diseñar su experiencia y su identidad digital. Basta con hacer un recorrido por las posibilidades expresivas que brindan las plantillas de blog, los perfiles de las redes sociales, los avatares en sitios como meez o YoVille: cada quien puede hacer uso de herramientas simples para presentar una identidad gráfica ante el mundo.

La web 2.0 afecta al diseño en formas mucho más interesantes que ese asunto de "todos somos Wucius Wong". En realidad, influye mucho más en el sentido de "limpieza" en el diseño. Uno de los principales triunfos de Facebook en la comparación con hi5 es, precisamente, que la poca posibilidad de alterar el diseño del sitio hace que, paradójicamente, sea mucho mas fácil personalizarlo agregándole aplicaciones. Y sin embargo, basta dar una vuelta por "el hi" para ver que cada quien tiene un color, un tema, una obsesión que demostrarle al mundo.

¿Es necesario ser diseñador, entonces? Sí y no. Si eres usuario, ya no necesitas mucho más para proyectarte: las herramientas están ahí, son cada vez más sencillas, y eres un participante más en un entorno visual en donde puedes encontrar al menos 200 opciones distintas de presentación preestablecidas, pero no por ello menos representativas de tu individualidad. Con saber "picarle" a dos o tres botones ya tienes un desarrollo chido, un perfil bonito, que habla de ti y tus gustos, tu mundo, tus obsesiones.

Sin embargo, los diseñadores seguirán existiendo. No como el famoso arrastramouse que cualquier usuario puede ser en una tarde de lunes, sino como un profesional con la formación pertinente para comprender las necesidades de otros en relación a lo visual, y traducirlas de una forma eficiente en aplicaciones útiles e impactantes. El mayor reto de los diseñadores es ese: aprender a separarse a tiempo de la ejecución, permitir que los emirecs hagan de las suyas, crear soluciones que permitan que los usuarios entren sólo hasta donde deben de entrar.

20.11.08

Proximity for beginners

Re:

La pregunta fue personal, por lo tanto el post también lo será.

En mi infancia y adolescencia, me gustaba tener "amigos por correspondencia". Esa experiencia de tomar la hoja y la pluma y tratar de organizar ideas, experiencia y personalidad para dejarlas borroneadas y embarradas en un papel tamaño carta, y esperar para recibir una respuesta del mismo tipo, y vivir la emoción de ver un sobre con mi nombre y recibirlo de manos del cartero eran situaciones que le daban textura a mi vida.

No soy la persona telefónicamente más conectada del planeta, pueden pasar semanas o meses y yo no levanto el teléfono ni para decir "¡Hola! ¿Siguen vivos?". Me resistí a tener un teléfono celular hasta que, cuando conseguí mi primer trabajo formal, mis padres insistieron en comprarme uno, que yo sistemáticamente olvidaba en casa. Después de dos años se me volvió indispensable. El último equipo que compré fue porque el anterior ya no cargaba la pila, y me mataba de angustia sentir que estaba a punto de quedarme desconectada de trabajo y amigos, ¿cómo iba a saber que me llamaban si no tenía un teléfono?

Aprendí rudimentos de HTML a patadas y trompones, nada más porque quería tener mi propia página web para escribir. Lo logré, la actualicé con cierta regularidad, terminaron los 90, con ellos el siglo XX y yo dejé mis múltiples páginas de internet vagar a la deriva. Mi mejor amiga de la primaria, que tenía 20 años de no verme, me localizó por este medio. Nos hemos visto en persona 4 veces en los últimos 6 meses, pero es mucho más de lo que habríamos logrado sin tecnología alguna de por medio.

Durante una temporada de mi vida me dediqué a mandar correos electrónicos semanales para mis amigos, que andaban en rollos totalmente diferentes a los míos. Raro era el que contestaba esas crónicas estilo "botella al mar", pero hasta la fecha hay algunos que me preguntan por qué dejé de hacerlo (respuesta: me aburrí, creyendo que nadie me leía).

Tuve una época de leer e interactuar en blogs. Llegué a encontrarme con blogstars en dos o tres fiestas. Usándolos como foros de discusión, como vitrinas al mundo, como tribunas, conocí gente interesante y no tanto... Después, la gente se empezó a aburrir o a dogmatizar. Yo nada más me aburrí. Los dejé pelear solos y vi bajar la cortina en al menos 5 de ellos. Otros, los más blogstars (y los más necios) ahí siguen.

Mi hermano, 4 años menor que yo, me inició en el uso de redes sociales. Él es un ejemplo perfecto de cómo gestionar una vida mediante la tecnología: correo electrónico encendido todo el tiempo, celular y nextel a la mano, IM 24/7, páginas en todas las redes sociales, amigos en varias ciudades de varios países, viajes organizados mediante la red, fotografías que vuelan de una computadora a la otra, bromas privadas que sólo entienden los que sí leyeron el post... Mi padre sigue creyendo que eso no es sano. Yo lo veo salir con sus amigos mucho más que yo a su edad.

Mi papel estelar en una de las redes consiste en chismorrear las fotos de gente a la que ya no le hablo, dejar saludos en los perfiles de amigos que viven lejos, pasar revista de las fotos de perfil y rechazar invitaciones de gente que no conozco y no sé de dónde sacan que podríamos ser amigos.

En la otra, fui de los "pioneros" entre mis amigos y la he promovido hasta el cansancio. Aunque no nos escribimos siempre, sí tenemos la costumbre de ver las fotos mutuas, organizar nuestras fiestas, comentar nuestros "cambios de estado" y a veces hasta jugar en línea. Eso no hace que mi interacción con gente a la que puedo ver al menos una vez a la semana sea más intensa (probablemente lo contrario), pero nos permite estar más o menos al tanto unos de otros.

Conservo el contacto con quienes quiero conservarlo. Con otros tengo la impresión de que su vida "va bien" así de lejitos, y con eso me conformo. Hay algunos que no tengo idea de en qué andan, y está bien. Supongo que antes de que existiera el internet pasaba más o menos lo mismo. No quiero contactar a todas las personas al mismo tiempo, ni con las mismas ganas. Repitiendo lo mismo que llevo diciendo tooooooodo el blog, las herramientas tecnológicas son eso, HERRAMIENTAS. De cada quien depende usarlas o ser usado por ellas, pero no está en la naturaleza del objeto dirigir al sujeto, a menos que éste quiera ser llevado.

19.11.08

Ragnatella social

ref

Red social: es una estructura social que se puede representar en forma de uno o varios grafos, en el cual los nodos representan individuos, y las aristas, relaciones entre ellos. Las relaciones pueden ser de distinto tipo, como intercambios financieros, amistad, relaciones sexuales o rutas aéreas. También es el medio de interacción de distintas personas. Wikipedia (que lo sabe todo) dixit. En realidad, se aproxima mucho a la definición decente que podríamos obtener de un libro serio, pero eso ya lo platicaremos después.

Ahora, en realidad, el término "red social" se aplica sobre todo para los sitios y softwares dedicados a organizar esas redes sociales. Aunque los más populares en México son hi5, Facebook y myspace, también existen redes como MSN Spaces, Orkut o LinkedIn, sin hablar de los pequeños medios especializados que se han empezado a generar para saber con quién estamos conectados...

¿Por qué nos gusta saber con quién estamos conectados? ¿No que la era digital nos aisla? Mira qué bien que se está aquí, frente al monitor, sin dirigirle la palabra a nadie... Un momento. ¿Que a qué dedicamos el tiempo frente a la pantalla? ¿Que lo estamos dedicando a escribir para que alguien nos lea? ¿O a inventarnos personalidades falsas para...? ¿O a ver las fotos de alguien más?

Es cierto. Cada vez pasamos más tiempo pegados al teclado, el mouse se está transformando en aditamento indispensable y cada vez hay más "miopes de monitor". Pero las redes sociales tienden a contravenir la regla aquella del computer freak aislado, torpe social, que cuando despega los irritados ojos del monitor es sólo para comerse un twinki wonder o ir por una taza de café. Ahora, en general, quienes pasan las horas frente a los monitores son gente que también tiene una vida social fuera de la pantalla. Otra vez, realidad y virtualidad se mezclan. Ahora, los jóvenes (es un fenómeno sobre todo juvenil, son ellos quienes se criaron con el Nintendo en las manos y entendieron cómo usar el nuevo DVD antes que papá terminara de leer el instructivo) se conectan durante el día para decidir que van a hacer en la noche. O matan las horas tediosas de una clase que no les interesa jugando en el common playground que les ofrece playfish (así, con minúsculas). Y si no, sólo pasan y saludan. O no saludan, pero ven qué pasa con aquellos que les interesan.

¿Cómo estamos cambiando? Estos jóvenes no parecen menos capaces que otras generaciones de enlazarse con los demás. De hecho, gracias a estas nuevas tecnologías, les resulta mas fácil que nunca mantener el contacto con sus excompañeros de primaria, con los amigos que conocieron en un viaje, con la vecina que ahora trabaja en un crucero. A veces, es cierto, no se escriben unos a otros. Pero saben qué pasa en la vida de los otros: "ya estrenó novia", "qué chida la fiesta" "ya cambió su estado de 'comprometido' a 'es complicado'..."

Y no sólo esto: myspace ha generado cambios evidentes en la industria discográfica, gracias a que ahora cualquier grupo puede promover sus sencillos ahí y transformarse en un éxito rápido, con poca o ninguna intervención de las disqueras, que más bien han tenido que aprender a seguirles el paso.

Los adultos tampoco se quedan atrás. Aunque el fenómeno esté retrasado en México, en EU LinkedIn es un valioso activo para quienes conservan ahí sus contactos laborales. En una época de turbulencia, nunca se sabe dónde quedó la antigua Rolodex con las tarjetas, pero LinkedIn es para siempre, para tener contactos de negocio que viven en Singapur y necesitan un proyecto en tu país para que lo realices con japoneses que presentarán los resultados en Europa.

Again, Facebook es el pretexto perfecto para evitar hacerle una llamada o una visita a alguien, pero también está la oportunidad de enviar un muro a muro preguntando "¿Quieres hablar?" o levantar el teléfono (otra de nuestras maravillosas herramientas tecnológicas, tan tecnológica y tan herramienta como lo es también el lápiz) y hablar... para quedar y verse, o para desahogarse a 300 kilómetros de distancia... que, al final del día, no son nada.

18.11.08

Virtualidad virtuosa

clic

La verdadera importancia de la realidad virtual no se encuentra en los futuros desarrollos de software que nos permitan ser neuromantes al estilo de Gibson, sino en la forma en la que los avances como el internet, las redes sociales y la web 2.0 ya cambiaron de manera casi imperceptible —y a la vez irreversible— la forma en la que comprendemos el mundo. En esas modificaciones mínimas está el verdadero poder de las realidades virtuales.

En su ponencia Sobre la naturaleza de la realidad virtual o el problema del software en antropología web, José Picciuolo Valls expone que la realidad virtual presupone “la existencia de un sistema cibernético —entendido como un sistema de control basado en la retroalimentación de informaciones, interacciones y reacciones que se suscita tanto entre entes vivos como no vivos— donde personas y software se relacionan entre sí, individual o colectivamente.”

En dicha revisión, el antropólogo afirma que “todo software comporta un modelo de realidad […] en el que pueden ocurrir relaciones de tres tipos: persona-persona, persona-software y software-software”; más adelante agrega que dicho tipo de interacciones se sustentan cuando un determinado algoritmo, diseñado con algún propósito específico, pasa de un estado inerte al funcionamiento pleno al sumársele la conciencia de uno o varios usuarios, y concluye que tales programaciones, en entornos como los que se agrupan bajo el calificativo de realidad virtual, se sitúan no sólo en medio de las relaciones humanas, sino también en su entorno, hasta convertirse en un escenario.

De este modo, podría concluirse que, para cualquier individuo sometido a una experiencia de realidad virtual, sea en entornos como el Internet, en simuladores o experiencias electrónicas como los videojuegos, por mencionar sólo unos ejemplos, el software se convierte en “la realidad”, construida sobre la base de todo un sistema cognitivo y relacional. En la medida en que esta realidad virtual se experimenta con un olvido de la realidad, nos enfrentamos a una desaparición de la frontera entre lo real y lo virtual.

Al final del día, esto, como todo lo que se ha planteado en este blog, no es totalmente bueno ni totalmente malo: ni grandeza ni ausencia del yo. Los megalómanos jugarán a los Sims y creerán que tienen en sus manos el control de un imperio (mientras se frotan las manos con satisfacción napoleónica); los que son adictos a los juegos, entrarán y vivirán ahí más tiempo que en su entorno real; otros invitarán a jugar a sus amigos y se relacionarán igual en el "adentro" del juego que en el "afuera". Los que son incapaces de generarse una vida diaria, entrarán a SecondLife y de pronto descubrirán que sus inhibiciones desaparecen como arte de magia al reinventarse a sí mismos; otros buscarán una vida exactamente igual a la que tienen "afuera"; otros ni siquiera se interesarán.

Habrá quien utilice una red social para acechar víctimas, otros que las usen como refugios del mundo que los apabulla, unos más como un foro en donde decirle a todos quién es y qué le gusta; otros más las usarán como medio de contacto con sus amigos reales; habrá quien se dedique a conseguir amigos por este medio. Lo virtual y lo real ya no tienen fronteras tan definidas, pero eso no conlleva necesariamente la destrucción de uno o del otro; más bien, en esta nueva cultura, estamos aprendiendo que ambos mundos tienen interacciones importantes que ofrecer.

17.11.08

Humanidad y tecnología

clic

¿En realidad creemos que el contacto físico ya no existirá?

Hay científicos que se dedican al desarrollo de sistemas hápticos. Si por "contacto físico" sólo entendemos el que se da piel con piel, quiere decir que no estamos pensando en ellos.

No solamente podemos pensar en la forma en la que la tecnología modifica al ser humano, recordemos que el ser humano también moldea la tecnología. Imaginemos, por ejemplo, las grandes posibilidades creativas que este tipo de tecnologías le ofrecerán a la industria más grande de la red: el cibersexo y la pornografía.

En realidad, aunque pasemos cada vez más tiempo cerca de soluciones tecnológicas, lo que cambia no es lo que hacemos, sino cómo lo hacemos. Quienes deseen aislarse, tendrán mejores oportunidades para hacerlo. Quienes quieren mantener el contacto, desarrollarán modos y formas para lograrlo con estos nuevos métodos (y me imagino que ya tocaré este tema cuando haya que hablar de las redes sociales). Así como ahora utilizamos la tecnología para recortar distancias físicas lo mismo que para colocar barreras. Pero eso siempre ha sido así: no se es ni más ni menos humano por ser gregario; aunque la naturaleza humana depende de ver a los hombres como conjunto, no nos exige mantenernos hombro con hombro. ¿Éramos menos humanos en la época de las cavernas?

La cualidad de ser humano es una de las grandes preguntas de la filosofía. A mi entender, no está dada por nuestra forma de interactuar, sino por algo más profundo: la comprensión de la dignidad como componente central de toda persona. ¿Depende esto de nuestro uso de la tecnología? Por supuesto que no. Más bien a la inversa: nuestro uso de la tecnología dependerá de lo que nosotros comprendemos por dignidad, respeto, personalidad. Pero esa soy yo. Y no sé con qué sueñen los replicantes.

8.11.08

Un sistema es un sistema es un sistema...

aquí

¿Qué es la Teoria General de Sistemas?

Es el estudio transdisciplinario de la organización abstracta de fenómenos, en forma independiente a su sustancia, tipo, o escala espacial o temporal de existencia. Se dedica a estudiar los principios comunes a todas las entidades complejas, y los modelos (generalmente matemáticos) que se pueden usar para describirlos.

Ahora bien, de acuerdo con Luhmann, no podemos hablar de tal cosa como una Teoría General de los sistemas. Sobre todo, tomando en cuenta el hecho de que, si partimos de la base de la física, ésta concibe el universo como un sistema que ya no puede recibir nada más (no hay input) pero cuyos subsistemas sólo coexisten en forma tal que necesariamente realizan intercambios entre sí. Así, cualquier sistema que se pueda estudiar mediante esta teoría debe ser un sistema abierto (cfr. Luhmann, 2006), si bien también debe tener la capacidad de establecer sus propios límites y determinar desde dentro de sí mismo qué es parte del sistema y qué no lo es (y para ello hacer uso de elementos que se creían exclusivos de sistemas cerrados, como la recursividad y esas cosas).

Ya han pasado muchas cosas de Bertalanffy a nuestros días, así que deberíamos de poder llegar a una conclusión: ¿qué diablos es un sistema? No basta responder que es un conjunto ordenado de partes que se reúnen para llegar a un fin, y cuya unión va más allá de la mera suma de sus partes. El sistema, cómo plantea la noción de caja negra, es demasiado complejo para entenderlo desde adentro, pero si la pretensión de la TGS es podernos dar una herramienta con una perspectiva holística y transdisciplinaria, no nos podemos conformar con ese casi artículo de fe.

¿Y entonces?

Entonces, un sistema es un sistema dentro de un sistema mayor que es a su vez una parte de otro sistema, que sólo funciona con base en los productos generados por otro sistema. Sí. Un sistema es un sistema es un sistema, frase que dejaría muy complacida a Gertrude Stein.

¿Para qué nos sirve esto?

Para recordar que, dentro de un entorno siempre cambiante, hay cosas que se mantienen: relaciones con otros entornos, comunicación entre sistemas, etcétera. No vivimos dentro de un microcosmos cerrado, ahora menos que nunca. Somos habitantes de una realidad complejísima, que sólo puede ser comprendida en tanto los elementos que la componen se interrelacionan y se mezclan unos con otros.

No existe una Teoría General de Sistemas, pues. Pero los sistemas sí existen, y nos dan una herramienta muy práctica para comprender un entorno en donde todo ocurre en forma simultánea, en muchos planos a la vez, con diferentes objetivos y recursos, que a su vez se enfrentan a limitantes muy diversas. De comprender una realidad lineal, estamos aprendiendo a movernos en un mundo complejo. La Teoría General de Sistemas (o el intento por consolidarla) es el primer paso en esa dirección.

Trabajo en la era 2.0

(de aquí)

Ayer platicaba con una compañera de trabajo que lleva más o menos 15 años haciendo lo mismo que yo. De haber estudiado humanidades, de pronto se topó con un universo totalmente nuevo, en el que las cosas no funcionaban exactamente como ella creía. Desde que hizo su tesis y tuvo que decidir entre escribirla a máquina, cuartilla por cuartilla, o hacerla en ese extrañísimo invento que su papá tenía en la oficina —una computadora—, se dio cuenta de que había un mundo distinto frente a ella. Al menos, uno en donde las sumas ya no se hacían a mano y la información venía en tablas organizadas que al final, como por arte de magia, se transformaba en gráficas que después había que imprimir en acetato para presentar los reportes con los clientes.

FB es ahora, 12 años después, una experta en investigación que —aunque sigue sin ser fan de las matemáticas— utiliza todo el tiempo la computadora: cotiza en Excel, recibe presentaciones de Power Point y las revisa, le escribe un correo electrónico al cliente con respecto al documento en Word que él envió con las especificaciones para emprender un nuevo estudio. No es que se haya vuelto repentinamente más computer friendly, sino que el entorno ha cambiado y ella ha tenido que cambiar con ese entorno. Sin queja alguna, claro. "Imagínate lo que era tener que cargar con los 80 acetatos", me dice. Yo me río.

En realidad, mi generación laboral (al menos en la industria en la que tanto FB como yo andamos) vive cosas muy distintas: ya no vivimos en las oficinas centrales, verificando videos y escuchando cintas. Ahora se envían los DVDs a los clientes, mientras que las cintas se las lleva un nutrido grupo de chavitos a los que se les mandó un correo para que fueran por ellas y las transcriban (en Word, Arial 12, espacio y medio). Ya nadie imprime acetatos en la oficina, por supuesto: yo trabajo en casa, recibo por correo las órdenes de trabajo, los objetivos de estudio, las transcripciones, envío las guías de tópicos y mis reportes. En todo este proceso, sólo me paro por la agencia cuando tengo sesiones y cuando voy a cobrar. Eso, por supuesto, repercute en un ahorro sustancial de tiempo y recursos para mis empleadores, y además me ofrece la inmejorable posibilidad de trabajar en el horario que más se me antoje, en la zona de la casa que más me guste, y con el atuendo que más me convenga (si me da la gana trabajar en pijama todo el día, nadie me va a ver)

Ciertamente, el asunto de la vida digital no es para cualquiera. Quienes trabajamos fuera de facilities tenemos que desarrollar un nivel de disciplina personal mucho más alto. Es muy fácil sentir que porque estás en casa tienes de pronto mucho mas tiempo para ver la tele, jugar con tus mascotas, leer revistas, entrarle con fervor a los videojuegos. O también acostumbrarte a que, como no hay una oficina a la cual llegar, pues entonces no hay un horario y puedes hacer lo que te venga en gana. la ciudadanía digital tiene sus bemoles, pues. Tengo al menos unos cuates que se tuvieron que regresar a la noción "oficina" para poder organizar mejor sus horarios. Yo misma tengo un escritorio en donde sólo se utiliza la computadora para asuntos laborales (bueno, y de vez en cuando para el rollo de las redes sociales, pero sólo para fines de investigación, ja).

Ayer que vi a FB, fue porque teníamos una presentación con clientes: ir hasta su oficina en Santa Fe, tomarnos dos horas para llegar, dos para presentar y una más para salir de allá. ¿Qué desearía yo? Que los clientes pidieran videoconferencias. Antes creía que un helicóptero sería la onda, pero ya vimos que el espacio aéreo no es tan conveniente...

3.11.08

Respuestas 1

(en referencia a este post)

Empecemos por definir Sociología. De acuerdo con el drae, se refiere a la ciencia que trata de la estructura y funcionamiento de las sociedades humanas.

Ahora bien, comunicar proviene del latín comunicare, y está relacionado con hacer que algo se vuelva común, que adquiera tanto sentido para el otro como lo tiene para quien inicia el proceso. Aristóteles mismo ya había estudiado este fenómeno, definiéndolo de una forma sumamente sencilla: quién le dice qué a quién. Esto supone, por supuesto, la existencia de tres elementos básicos en un proceso de comunicación: el que dice —a quien, siguiendo las teorías más actuales, conocemos como emisor—, lo que se dice —en términos concretos, el mensaje— y quien recibe la acción —y por lo tanto es llamado receptor.

Aunque esta estructura simple resulta muy clara como principio básico para establecer cómo se originan los actos de comunicación, estos elementos no son suficientes para comprender la forma en la que ocurren los procesos comunicativos en las sociedades contemporáneas, que son definitivamente más complejas y están determinadas por múltiples factores: ¿cómo se dicen las cosas? ¿en que medio? ¿qué circunstancias rodean a los mensajes?

Es por ello que actualmente se proponen nuevos esquemas, como el que podemos encontrar en Kalipedia:



Por lo tanto, la Sociología de la comunicación se refiere a la forma en la que este proceso ocurre dentro de las sociedades humanas. La sociedad misma es inpensable sin comunicación: requerimos de la posibilidad de hacer comunes nuestras ideas para poder hablar de una convivencia como sociedad, como ese grupo integrado de individuos que comparten características, espacios, etcétera.

Una de las formas para hacer comunidad, para poner ideas, imágenes, momentos en común que se están transformando en definitivas —en el sentido de definir— para nuestra sociedad es sin duda la posibilidad de utilizar medios electrónicos para realizar estos contactos. Ahora más que nunca han cambiado nuestros contextos y los medios que usamos para llevar los mensajes de un punto a otro.

Esto, por supuesto, está modificando la forma en la que comprendemos el concepto "comunicación". Basta escuchar a los padres de familia que se desgarran las vestiduras y juran que sus hijos "ya no conviven con nadie", mientras que sus felices adolescentes tienen amigos en ciudades que no conocen personalmente, comparten sus fotos y momentos con ellos, se escriben sus vidas y a veces hasta se lanzan vacas. La comunicación electrónica ha cambiado los modos, pero en el fondo, los mensajes siguen siendo más o menos los mismos.

"¿Qué ha sucedido con la capacidad de escribir, hablar y gesticular?" Nos preguntan. La escritura se adapta a los nuevos teclados y a la falta de estímulo para pensar. La escritura, finalmente, es sólo una herramienta, la primera tecnología del lenguaje aplicado. Pero, ¿y los otros dos? ¿Y la capacidad de hablar? ¿La gesticulación?

Basta salir a la calle. Basta reunir gente a platicar. Los ciudadanos que habitan fuera de tecnópolis siguen sabiendo interpretar una ceja levantada, aunque no la vean en emoticono. Suponer que el habla y la gesticulación están disminuyendo sólo porque existe la comunicación electrónica (y no porque se esté empobreciendo la educación, o porque se haya privilegiado lo visual por sobre lo verbal, o muchas otras causas que tienen que ver con sociología y con comunicación, pero que no se limitan a lo electrónico) es tener una hipótesis trunca.

However, Marshall McLuhan estará feliz de escuchar la pregunta.